Eran las 12 del mediodía y me acababa de despertar… cogí el teléfono y di un repaso a las historias del Instagram, y en varios perfiles me salió el cartel de que esa noche había un concierto en la Sala Boveda. Unos tales Raxar, Heleven y Born in Exile. Me fijo más en el cartel, y resulta que el bajista es un viejo conocido mío, pero como siempre, ando super desconectada en las bandas de hoy, y no conozco ninguna de ellas. No me lo pienso dos veces y me pongo en contacto para conseguir un pase.
Nuestra página, aunque queramos abarcar cuanto más mejor, apostamos sobre todo por las bandas con componentes femeninas, y esta era una gran noche para ello.
Me confirman mi pase, y como siempre, empiezo a ponerme nerviosa…. se acerca la hora, cojo mi coche y me voy
Llego bastante a la hora, pero la gente ya empieza a saber que la apertura de puertas rara vez es puntual y esta vez hay poquita gente esperando en la calle, así que nos vamos los compañeros a tomar una cerveza
Cuando volvemos, las puertas ya están abiertas, hay un montón de gente en el hall de la sala, mirando el merchandising, y para sorpresa, la sala empieza a tener bastante gente dentro.
Empieza el primer grupo, como siempre, puntuales.
Raxar, aparecen con un outfit bastante logrado, al estilo victoriano, aunque no se si demasiado acorde con su estilo musical, que ellos apuntan a clasificarse como Nü Metal Sinfónico.
Se marcan un buen concierto, tocando sus temas propios Waves of Silence, Timelapse, I’m the one, Army, Reaper y Winter Dirge. También animaron al público con la versión Take On Me de “A-ha” y finiquitaron sus 30 minutos de concierto, que, pese a que la voz no llega a ser del todo de mi agrado, la banda no suena mal para llevar tan solo un par de añitos en funcionamiento. Les queda mucho camino por recorrer y les deseamos desde aquí mucha suerte y éxito.
Cambian el escenario, se queda el mismo telón de los Raxar, pero lo que sale ahora es un grupo de Granada, con un cantante al que, de verdad, le gusta sentir el escenario bajo sus pies, ya que nos sorprende a todos verlo sin calzado.
A ellos tampoco los conozco, pero sí que me he pasado media tarde escuchándolos en Spotify, y aunque la calidad del sonido de la grabación al directo, cambia un poco, no me desagradan. Se escuchan frescos, animados, son enérgicos y pisan fuerte.
Se tocan los temas The Hurricane, Broken, Something New, Escape Room, Mistakes, Come to life, Suffering is Gone, Lesson Learned e Into de Oceans, de su último disco, sacado hace bien poquito, con el que comparte título con este tema, y dan un buen show.
La verdad es que el cajón que dejan Born in Exile en el centro del escenario, se convierte en una atracción para los cantantes, y en un buen fotograma para los fotógrafos. La gente se viene más arriba cada vez que Higinio, el cantante del grupo, se sube a tocar su guitarra encima de este.
Tanto Álvaro como Kike, también dan un buen espectáculo y la batería de Matías suena de lujo, pese a que apenas podía caminar de dolor en acabar el concierto.
Aunque me gusta mucho la composición musical de estos chicos, me reitero en que me gustan más en su grabación, y se me hace ya un poco largo el concierto. Se nota que tenían muchas ganas de tocar en Barcelona, ya que agradecen y alucinan con el público en varias ocasiones, y así también lo demuestran casi haciendo el setlist más largo de la noche, tocando una canción detrás de otra sin parar.
En algún tema intentan separar el público en dos bandos y que se cree un pogo, pero la canción no acompaña demasiado a este intento fracasado, eso sí, después, un grupito se desmelena y se pone a saltar y empujarse entre ellos, y a media sala. Como no, recibimos los fotógrafos que estamos a nuestra faena, pero la gente se lo pasa bien, y es lo importante.
Son las 9 y media o un poco más y se acaba su turno, es hora de cambiar de nuevo de escenario y de que salgan los cabezas de cartel
Para no variar en esta sala, todo es oscuridad, poca luz, mucho humo, y parece que no haya más tonalidades de focos para variar un poco, el escogido para Born in Exile es el color lila; aunque a Kris Vega le sienta fenomenal.
Unos músicos muy experimentados y con mucho rodaje y tablas sobre el escenario empiezan a tocar. Los temas elegidos serían Erethic Antiphon, Enchantress y Save Us para su primer bloque. La gente está super entregada, la sala llena hasta la zona de la mesa de sonido, y todos cantan y agitan las cabezas y levantan sus brazos.
Kris llena el escenario con sus movimientos y sus gestos. Se nota que sabe lo que a la gente le gusta y nos entrega cientos de buenos momentos para capturarlos. Esta chica ha nacido para ser una front woman sin duda, además de dejarnos flipados con su calidad vocal que no tiene nada que envidiar a las grandes bandas que llevan muchos años a su espalda.
Torch, Revenant, Herd of deception, One more Line, y Fields on Fire sonaron magistralmente. En esta última, invitaron a su antiguo guitarra, Rodrigo Baez, a tocarla con ellos.
Como se les acababa el tiempo, Kris, pidió que los aclamáramos como si hubieran salido del escenario y volvieran para poder hacer el bis.
Ziggurat fue la última canción que la banda tocó, y todo el púbico enloqueció. La verdad es que nadie quería que se acabara y nos apenó saber que serían las últimas notas que la banda nos ofrecía esa noche. Todos con los cuernos arriba, moviendo la cabeza, grupos de gente saltando y una sala llena par ser un domingo noche.
Por fin todo empieza a ser como era antes, y las ganas que tienen las bandas de volver a la normalidad y volver a girar se deja muy latente en sus actuaciones, y por suerte, el público también lo está demostrando, ayudando a la escena, acudiendo a los conciertos y gastando en merchan para apoyar a las bandas.
Crónica y fotografía por Ruth Gómez