Era por allá el 2002 cuando al volver de casa del instituto, me cerraba en mi habitación, encendía el ordenador y me conectaba a internet, por aquel entonces, dejando a mi madre sin teléfono, y me metía en mis grupos favoritos del chat que por entonces teníamos, llamado IRC.
Aquella plataforma te abría fronteras y horizontes, y descubrías todo tipo de géneros musicales.
Después del rock catalán, el rock urbano, del heavy metal y el power metal, llegó ese temido dia para todos los padres en que tu hija empieza a vestirse completamente de negro, a añadir largos y grandes piezas de complementación llenas de pinchos o balas. Y si… a empezar a escuchar gente que hace una música muy oscura, rápida, y con gritos o gruñidos, lo que más tarde defenderás con uñas y dicientes diciendo que es Death Metal, y que sí, esa banda de culto que escuchas, son los padres o los dioses de ese género.
Pioneros desde luego en su género, y manteniéndose en la línea musical desde sus principios en 1989, Incantation destrozaron cuellos y explotaron cabezas el pasado miércoles 20 en la Sala Bóveda de Barcelona.
Para amenizar la noche y calentar motores teníamos a la banda barcelonesa Ravenblood.
Ellos llevan desde 2010 consolidando un grupo que pese a las pocas oportunidades musicales que hoy en dia tienen los grupos locales, poco conocidos internacionalmente, en España se están creando un buen nombre, y han tenido la oportunidad de actuar en festivales como Wacken Open Air, Metal Days o Leyendas del Rock. Además, su calidad musical y potencia en el escenario, también les ha ayudado para ser teloneros de grandes grupos como Finntroll o Skälmold entre otros, o como en este día, de Incantation.
La apertura de puertas se retrasaba un poco, y abrieron hacía las 7 y media pasadas… aún con poquita gente en la sala, apenas una trentena, el concierto tenía de dar comienzo para no quedarse sin tiempo y tener que recortar su setlist.
Tras una intro con todos los integrantes de la banda de espaldas, empiezan a tocar Phoenix. Este tema viene en su último álbum Resurgent, salido a la luz en el 2021, y que aprovechan estos conciertos que están haciendo durante la temporada para presentarlo.
Purgue y Out of the universe de su primer álbum Essentia son las siguientes en sonar.
Para los allegados y amigos de la banda, todos sabíamos que su cantante Dani, llevaba tiempo prometiéndonos romperse el cuello sobre el escenario y que nosotros también lo hariamos, y que mejor noche que la que precedía a su cumpleaños.
Sobre el escenario, pese al poco espacio de movimiento que tenían, luchaban por dar un poco de juego, a la izquierda del todo, Arnau Vallbé (guitarra), en el centro Dani(cantante), que fue el que tuvo un poco más de libertad de poder jugar a cantar cerca de los demás, y a la derecha del escenario, Raúl (bajo) y JuanLu (guitarra). Y Paul, sobre una pequeña tarima con la batería, fue el que lo pasó un poco peor ya que se le fueron cayendo cada dos por tres uno de los platos de la batería que estaba más a borde de la tarima, pero aun así siguió tocando estoico y profesionalmente.
Dando las gracias a todo el público asistente y amigos que estábamos allí para disfrutar del concierto, siguieron con Resurgent, tema que le da nombre a su último disco, Cold Wind, también de su primer disco Essentia, Human Hunter, Pathfinders y terminan su concierto con Call’s Crow.
Su aproximadamente media hora de concierto dio su fin, intenso, ligero y con un despliegue de temas de toda su trayectoria musical, muy bien elegidos, donde quizás no dejaron la opción de que echáramos de menos alguna de sus variantes musicales, ya que pudimos ver la evolución de la banda que transmiten a través de sus discos. Acabó el concierto con casi un centenar más de personas, contentos y satisfechos de disfrutar del concierto que Ravenblood nos ofreció, así como también ellos, contentos y agradecidos abandonaban el escenario.
Setlist:
· Phoenix
· Purgue
· Out of the universe
· Resurgent
· Cold Wind
· Human Hunter
· Pathfinders
· Call’s Crow
Llegaba el momento esperado de la noche, y como es habitual, en los cambios de banda en esta sala, por la facilidad y la proximidad, la gente se dirigió a las puertas para salir a fumar o se acercó a la barra para un nuevo avituallamiento.
Así que no mas tarde de 21:30h, la banda neoyorquina sale al escenario, toman sus posiciones y se sitúan delante del batería, donde con los puños juntos, todos chocan y se voltean.
La noche comenzó con «Propitiation» de su último álbum el cual van presentando alrededor del mundo “Sect of Vile Divinities” y se siguió “Ethereal Misery”.
Él publicó empezó un poco tímido, pero cuando me di la vuelta y cambié de lado del escenario, había aparecido muchísima más gente, que ahora ya casi llegaba hasta el final de la sala.
Seguía la descarga de energía, “Carrion Prophet”, “Entrails of the hag queen” también de su último disco, “Emacitated Holy Figure” y “Forsaken Mouring”.
Es increíble como temas antiguos y nuevos suenan tan bien y tan frescos, pero a la vez tan sólidos, y me quedé bastante asombrada, cuando al irme hacía el centro de la sala, el sonido era limpio y muy bueno.
Otra de las cosas a destacar, es como en un concierto de Death Metal, las luces del escenario eran muy luminosas, nada de penumbras ni de contraluces, y podías no perderte en ningún momento nada de lo que estaba pasando (sin contar de que a los fotografos nos hicieron un gran favor. ¡Un Hurray por su técnico de luces!)
También como a Ravenblood, el espacio que tenían para poder disfrutar del escenario era el mínimo, pero eso no quitaba que pudieran hacer uso de los chivatos y poder subir el pie, o no dejar de mover sus melenas ni un solo segundo.
En el público, comenzó a hacerse un pequeño pogo, eran siempre los mismos, que agarraba a gente del público e intentaban hacerla participe, pero enseguida se hizo un hueco solo para que ellos disfrutaran. La verdad es que me llevé un par de viajes y no ¡fueron nada agradables!
La temperatura de la sala empezó a subir y la banda se la veía cada vez más comoda.
“Ascend into eternal”, “Anoint the chosen”, “Lead to desolation”, “Roting Spiritual Emboidiment”, “Fury’s Manifesto”… cada tema que tocaban nos explotaba más la cabeza.
Parecía que llevábamos poco tiempo de concierto porque todo era muy rápido y fluído, pero en mirar el reloj vi cómo se acercaba la hora del final. El clímax de la noche lo dieron “Ibex Moon”, “Impending Diabolical Conquest”, y finalmente, para dar el broche final a la noche, “Siege Hive”
Casi una hora y media de concierto nos dejó satisfechos y contentísimos.
Hicimos la foto final y para casa.
En acabar el concierto la banda fue muy cercana quedándose alrededor del escenario o en la puerta, donde pudo saludar a sus fans que iban saliendo de la sala, a hacerse fotos o firmar discos.
Gracias a la fotofinish, tuve el placer de poderme presentar después a todos los componentes y darles las gracias por el gran concierto que nos habían ofrecido, y por qué no, ¡llevarme una foto con ellos!
No sé si son los padres del Death Metal como todos sus fans les gritaban, pero lo que si son seguro es un grupo de una calidad impecable, de una cercanía que muchos otros deberían tomar por ejemplo y una banda que no podéis dejar escapar y verla al menos una vez en la vida. (¡o muchas más!) Sonido puro de la vieja escuela.