Pocas veces digo que no a un bolo, por mucho que no conozca a la banda, y eso es lo que pasó con este concierto… Unos días antes, me preparaba escuchando alguna cosita por Instagram de ellos, sus historias recientes y alguna publicación más pero lo que nunca me imaginé es que tubieran un directo tan arrasador como el que me encontré el 12 de Marzo en la Sala Apolo.

La noche empezaba muy puntual con Niña Coyote eta Chico Tornado , esta pareja de Donosti, a la que no le hace falta nada más que una guitarra tocada por Koldo Soret y su voz, y una increíble batería en las manos de Ursula Strong, para llenar el escenario.

Esa noche que además presentaban su nuevo LP doble, Niña Coyote eta Chico Tornado Vs. Don Condor eta Ñora Alacran, tocaron canciones de sus antiguos trabajos, además de algunos de este último, y por sorpresa, alguna cover como «Killing in the name» o «I Wanna Be Your Dog» que dieron la vuelta a la sala.

Unos cuantos temas más, dejaron bien calentito al publico barcelonés, que aplaudieron y vitorearon a este pedazo de dúo.

Entraba ya la noche, y mi móvil tenía algún mensaje como » prepárate. porque la cantante hacia el final del concierto, salta al público…» Lo que instagram no me había «revelado» era que esta banda de rock-punk tenían un directo tan arrollador.

Una intro así a lo música de circo con una risa de payaso dio paso a la salida de los miembros de la banda, y a la canción Odball. Parecía que el publico empezaba a arrancarse… eché la vista atrás y vi a mi compañera de Webzine, mucha gente disfrutando y bebiendo, y el segundo tema entrando casi sin parar, You Get What You Get, y se armó! las cervezas volaban, la gente iba en marea de un lado a otro, y alguno que otro personaje saltaba por encima de la gente, todos cantaban y saltaban… hacer fotos se hizo una tarea muy difícil!

Y allí estaba ella..  Cecilia Boström no esperó más de tres temas para lanzarse al público! Have a Party with Me, justamente ese tema que tanto me engañó al querer saber de ellos a través de las RRSS porque acababan de estrenarlo en videoclip, y me pareció mas rock’n’rollero de lo que a mi me gusta. Y que engañada estaba!

The Shame, Fuego, Which Way Will You Go y algo más tranquilo, Some Piece of Peace. No hace falta decir que cuando miré de nuevo tras de mi, nadie de los que habían antes estaban entonces, todo había cambiado, la temperatura de la sala había subido y todos disfrutaban de este directo tan movido que nos estaba ofreciendo la banda.

Sonó Me, Myself and I , y mentalmente me la dejé anotada, porque se convirtió en ese momento en una de mis canciones favoritas a partir de ahora de esta banda. Más pogos, mas canticos, mas gente y cerveza volando, empujones que me chafaban contra el escenario, y una cantante que se pasaba mas rato amorrada al publico que en el escenario. Continuaba el show, Tonight, Dig On, It’s a Sin y Holiday, cada vez el público más arriba.

Me cuesta decir que no disfrutara en todo momento de cada canción que sonaba, y la verdad es que hacía mucho tiempo que no disfrutaba de un directo así, de los de la vieja escuela, como en los tiempos mozos, con la gente apretujada, empujándose, disfrutando, como si estos dos años atrás no hubieran existido y siguiéramos en Febrero del 2020.

Se presenta a la banda, admiramos las sexys piernas del batería Niclas Svensson, y seguimos la fiesta.

Same Old Story, (huelga decir que todos la coreaban como si no hubiera un mañana, ¿no?), The History, y Again, nos dejaba Cecilia en el escenario solo con los tres instrumentos y esta vez la voz de Håkan Sörle.

Hurray, You Got a Problem without Knowing It y Punk Rock Harbour sonaron una detrás de otra como bises para acabar este arrasador concierto de la banda sueca, y cuando parecía que ya estabamos para acabar, casi despidiéndose la banda, parece que aún nos podían regalar unos minutos más, minutos que aprovecharon para sacar un tema que se convertiría en el momento, en otro de los temas favoritos para mi, con Radio Rebelde. De nuevo Cecilia saltó al público, y esta vez la llevaron de un lado a otro de la sala, la gente también volaba, se subían al lateral del escenario y saltaban, con mucha alegría por un lado y con pena por el otro, el concierto estaba llegando a su fin.

Se despidieron entre choques de manos y apretones; cada uno de los miembros se pasearon por el filo del escenario una y por última vez más, en esta Sala Apolo, donde dejaron a todo el público emocionado, extasiado, y extenuados después de este gran SHOW, con letras grandes, porque a esta banda no le faltó de nada, agua, andar a cuatro patas por el escenario, hacer la rueda, subirse a la batería, y hasta una serie de flexiones.

De no conocerlos, a volverse una de las bandas sonoras de mi día a día, estaré bien atenta a la trayectoria de esta banda para poder seguir escuchando, y esperemos, verlos de nuevo en acción por tierras catalanas.

Crónica y Fotografías por Ruth Gómez FotoRock